lunes, 2 de abril de 2012

EUPAS en el claustro sobre la libertad de expresión


En un acto sindical unitario celebrado la pasada semana en este mismo recinto un miembro de AMEC (invitados por la organización del acto) manifestó al final de su intervención “como podrán comprobar somos jóvenes y no conocimos el franquismo pero nadie podrá negar que hemos sufrido sus consecuencias”. Hoy, 28 de marzo del año 2012, celebramos este claustro extraordinario sobre el ejercicio de la libertad de expresión y representación claustral en la Universidad de La Laguna. Parece como si una máquina del tiempo nos hubiera engullido y nos hubiera trasladado a un pasado absolutamente imperfecto.
La emisión de un comunicado en febrero de 2011, por parte del grupo claustral de AMEC en el que  “lamentaba profundamente la negligencia en la tramitación de expedientes de solicitud de becas por parte de la Facultad de Psicología”, ha desembocado en lo que, a juicio de EUPAS, se ha convertido en un auténtico despropósito y en un espectáculo público bochornoso y deplorable. La Facultad de Psicología comunicaba poco después  su posición, así como también lo hacía  el Rector de la ULL en sendos comunicados (ambos por cierto bastante agresivos y beligerantes). En marzo de ese mismo año, nuestros compañeros claustrales pertenecientes a AMEC, se entrevistan con los grupos claustrales del PAS, y publican un comunicado en el que manifiestan que “en ningún caso la intención de esta organización ha sido la de criticar el trabajo del PAS destinado en la Facultad de Psicología. Más bien al contrario, ya que AMEC no puede sino admirar el esfuerzo diario que realizan a pesar de los escasos medios de los que les dota la propia Facultad” y añaden en el mismo la solicitud de “que ProEduca y la ULL aclaren entre sí de una vez lo sucedido y, mientras tanto, que se arregle la situación de todos los perjudicados”.
Hasta aquí, Sr. Rector, y añadiendo por nuestra parte que no hubiera estado mal el que se hubiera ponderado la respuesta de la parte institucional, todo esta dentro de la normalidad, en lo que entendemos que debe ser una sociedad democrática que se dota de instituciones democráticas.
Todo este despropósito coincide en el tiempo con la creación de la Unidad de Mediación y Asesoramiento de Conflictos de la Universidad de La Laguna, cuyos objetivos según el propio gabinete del Rector –y no conviene pasarlo por alto- era  desarrollar una campaña de difusión y sensibilización en el seno de la ULL para intentar implantar en la institución la cultura de la mediación.
Para EUPAS esto es en esencia el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho que el administrado tiene de controlar la gestión y el buen hacer de la administración. Derecho este que nos reclamamos para nosotros mismos como individuos e incluso como institución, cuando nos sentimos olvidados, maltratados e incluso insultados por una administración de ámbito superior.
Todo aquel que quiso, y se sintió aludido, como es el caso de la Junta de Personal Funcionario, explicó su posición al respecto y argumentó lo que creyó oportuno argumentar. Hasta ahí, Sr. Rector –permítannos incluir en esta ocasión al Sr. Decano de Psicología- debería haber llegado este asunto. Usted como representante de esta institución, debería haber asumido directamente la solución de este asunto menor, al menos esa es nuestra consideración del suceso, armándose de un claro espíritu dialogante y haber evitado la crispación posterior generada dentro de la comunidad universitaria. Lo sucedido a partir de ese momento, nos parece un absoluto despropósito y que tiene como consecuencia primera el haber colocado a la Universidad de La Laguna, por asuntos nada meritorios, ocupando espacios informativos en diarios, radios, televisiones y otros medios, donde se pone en cuestión el derecho a la libertad de expresión en la ULL, la calidad de nuestra participación democrática en los órganos de representación universitarios, y finalmente se nos pone en cuestión a nosotros mismos como representantes y miembros del claustro universitario. Este detalle, el de nuestra condición de representantes tampoco conviene pasarlo por alto, hablamos Sr. Rector de representantes estudiantiles y  compañeros nuestros del claustro. El ejercicio de la libertad de expresión, que desde EUPAS reclamamos para todos, debería ser en una institución como la nuestra una bandera permanentemente expuesta, como lo hizo cuando la dictadura no reconocía ese derecho. La Universidad de La Laguna fue durante muchos años de la dictadura (lo digo con pleno conocimiento de causa) un lugar de encuentro para el desarrollo de las ideas, de los debates y un motor indiscutible de los cambios que se produjeron tras la muerte del dictador, sería lamentable convertirnos en adoctrinadores del pensamiento único y en acotar, más allá de lo democráticamente razonable, la libertad de expresión no tan sólo de los representantes de los colectivos que conforman nuestra comunidad, sino peor aún de aquellos que comparten con nosotros la representación institucional del claustro universitario.
Cuando se elabora un discurso debería hacerse, al menos esa es nuestra opinión, desde el convencimiento profundo sobre lo que se argumenta y el compromiso ferviente en su aplicación. No podemos compartir que se declare el querer potenciar y aumentar la participación estudiantil y luego se produzcan situaciones como ésta. No podemos comprender, y tampoco compartir, que se hable de fomentar la cultura de la mediación y se actúe con el ejercicio de la represión injustificada. No podemos comprender, y mucho menos compartir, que se nos hable de modernización, de participación democrática, de espacios europeos de educación y se aplique al mismo tiempo un reglamento oscuro y represivo como los tiempos en que fue decretado e impuesto.
La nuestra es una institución compleja en su estructura, compleja en su que hacer diario y compleja en esencia en su composición. La nuestra es una institución conformada por un amplio abanico de sensibilidades y de posicionamientos y, a nuestro juicio, debe ser representada con firmeza ante aquellas instituciones que la menosprecian o que intenten descalificarla, pero al mismo tiempo debería ser exquisitamente cuidadosa en la actitud con la que se acometen los conflictos internos. Los representantes de esta institución no se representan a sí mismos, su cometido y responsabilidad es representarnos a todos los que formamos parte de esta comunidad. Los decanos de nuestras facultades, representan a todos los miembros de esa Facultad –incluidos sus alumnos- pero el Rector de nuestra Universidad tiene que representarnos a todos y en esta ocasión creemos honestamente que esto no ha sido así. No creemos en absoluto que se esconda en ningún miembro de la comunidad universitaria y mucho menos de los miembros de este claustro, interés malsano o malintencionado de perjudicar la imagen o los intereses de la Universidad de La Laguna. En cualquier caso el posible perjuicio que se pueda realizar, aunque éste se haga de manera no intencionada, es a nuestro juicio, directamente proporcional al lugar que se ocupa dentro de esta Institución.
Para el grupo claustral de EUPAS el daño causado a la institución universitaria, a raíz de la apertura de los expedientes disciplinarios y de los medios y formas que se han utilizado, ha sido infinitamente superior y de mayor relevancia, al supuesto daño que pudo causar en su día el comunicado inicial de AMEC, que no hubiera pasado de ser una de las tantas noticias que se publican un día, digamos por ejemplo en el periódico “el día”, en donde un compañero auxiliar de servicio de la escuela de Náutica fue insultado en un articulo de opinión firmado por  Ricardo Peytaví y por el que jamás ningún cargo de esta universidad –era usted rector en ese momento- pidió aclaraciones, ni petición de disculpas. En cualquier caso pocos nos acordamos después.
La responsabilidad de los dirigentes universitarios, al menos esa es nuestra opinión Sr. Rector, debe ser la de trabajar para mejorar el funcionamiento de nuestra Institución, mejorar los canales de participación democrática y la transparencia y, por supuesto, contribuir con todas sus fuerzas a mejorar o al menos mantener  los meritos, la imagen y la trayectoria que esta Institución universitaria se ha ganado a lo largo de sus años de existencia, que no son pocos.

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