jueves, 21 de marzo de 2013

La Universidad a debate


La Universidad a debate

La publicación del informe de la ‘comisión de expertos’ del ministro Wert  (Propuesta para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del sistema universitario español) ha abierto necesariamente un debate dentro de la universidad  respecto al futuro de esta Institución.
Nos ha parecido especialmente acertado el análisis realizado sobre el informe por Víctor Alonso Rocafort, profesor titular de la UAM, en el artículo: Mas males para la Universidad pública que resume de la siguiente manera:
“En definitiva el Informe de la Comisión de Expertos —8 profesores y 1 banquero— nombrada por el ministro Wert, aparte de suponer el enésimo proceso antidemocrático de reforma de lo público, atenta contra principios democráticos fundamentales a la hora de trazar su modelo de gobierno; lesiona gravemente la autonomía universitaria y la libertad de cátedra; a la vez que consagra un modelo universitario jerárquico, endogámico y posiblemente corrupto. Además de todo ello, el Informe abre las vías de ganancia a bancos y empresas en la Universidad pública a costa de sus estudiantes.”
Es fácil comprobar que la función que cumple este informe es la de concretar las líneas generales  establecidas en el documento ‘Estrategia Universidad 2015’(2000), elaborado tras  la ‘Declaración de Bolonia’(1999) cuyo objetivo es -a través de la construcción del llamado EEES- impulsar en el ámbito de la enseñanza superior el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS-GATS en inglés), negociado y acordado por la Comisión Europea  con la Organización Mundial de Comercio(OMC) y el Banco Mundial.
El objetivo de este acuerdo (AGCS) es desregular y privatizar todos los servicios públicos mediante su comercialización, valorándose el ‘mercado’ mundial  de la educación superior en 2 billones de dólares. Para más información véase el siguiente documento:
A la luz de los antecedentes que acompañan y dan sentido a la propuesta del informe Wert podemos entender  que efectivamente se trata de una reforma no precisamente para la mejora de la calidad y eficiencia de la universidad pública española, sino para la desarticulación de aquellos mecanismos que le dan el carácter de pública con la liberalización de tasas, mayor dependencia de financiación privada, desfuncionarización, gestión centralizada y jerarquizada, práctica eliminación de órganos colegiados, etc.
De hecho se pretende modificar sustancialmente el sistema universitario español,  privatizando la gestión de la universidad pública (puede entenderse así cuando se propone adoptar modelos  de gestión propios de la empresa privada y la inclusión significativa de empresarios y otros en el órgano ejecutivo) y potenciando la implantación de universidades privadas.
Esto desde luego nos suena, nos resulta familiar,  es  lo que se está implantando ahora mismo en el ámbito sanitario especialmente en la comunidad de Madrid y Cataluña. No se trata por lo tanto de introducir algunos aspectos de tipo técnico para mejorar la ‘gobernanza’ de la universidad pública, sino de implantar un modelo de gestión de los servicios  públicos  que los coloque a disposición del ‘mercado‘, cuya lógica –que ya hemos ido conociendo a lo largo de estos últimos cuatro años de crisis- es conseguir el mayor beneficio económico posible a costa de destruir el ‘valor social’ del servicio que se presta.
La universidad pública tiene problemas importantes que es necesario abordar, pero ni es ésta la reforma que necesita ni se abordan en ella muchos de esos problemas.  Ver por ejemplo en este enlace:
El debate sobre la universidad pública, por tanto, no debe centrarse en la discusión de una propuesta  que ya sabemos inscrita en un marco político y de acuerdos de corte neoliberal,  sino en la reafirmación  de los valores propios de una universidad pública y en la determinación de estrategias para su defensa. Defensa que no tendrá éxito si no está fundamentada en l a relación complementaria y a la vez antagonista entre universidad y sociedad : una transformando a la otra y viceversa, pues se trata en definitiva de transformar, en  esa relación, la realidad social, económica y política de este país.
¿Está la Universidad a la altura de las circunstancias?

Jorge Sentís

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