Los sindicatos en tiempos
neoliberales.
Joan Coscubiela
Diputado en el Congreso
por el grupo La Izquierda Plural.
¿Cuál es la misión del sindicalismo hoy?
¿Es el sindicalismo una organización para los trabajadores o de
trabajadores?
¿Cómo organizar a colectivos, cada vez más amplios que no tienen
vínculo permanente con una empresa, que es el hábitat natural del sindicalismo?
¿Cómo generar conciencia y prácticas de cooperación entre
colectivos de trabajadores en un modelo productivo que tiende a la
descentralización y a la competencia entre trabajadores?
¿Cómo dar respuesta a la estrategia del capitalismo financiero
global? resumida en la frase “repartiros el salario y los derechos entre
vosotros, que los beneficios del capital no se tocan y de redistribuirlos
fiscalmente, ni hablar
¿De dónde nace la legitimidad del sindicalismo” ¿Y cómo se mide
esta legitimidad?
¿Debe el sindicalismo asumir funciones que vayan más allá de los
intereses de sus afiliados? ¿Y si es así, cuales, en qué condiciones?
¿Las funciones del sindicalismo se limitan a la mejora de las
condiciones de trabajo o abarcan otros aspectos sociales?
¿Qué relación debe tener el sindicalismo con otras formas de
organización social de los trabajadores fuera del lugar de trabajo?
¿Qué puede aprender o desaprender el sindicalismo de esas formas
de organización social?
¿Debe el sindicalismo asumir las funciones de representación
política del conflicto social? ¿Y si es así con que límites?
¿Es viable un sindicalismo propio del Estado Nación en el marco
de una economía globalizada?
¿Cuál es el papel de la comunicación en el funcionamiento del
sindicalismo, en su legitimidad social?
¿Es hoy el sindicalismo un instrumento útil para la lucha social
y para el objetivo de la igualdad? ¿Y cómo se mesura?
Las preguntas son inacabables y este espacio se queda pequeño,
pero aunque pueda parecerlo no son preguntas teóricas. Se las plantean cada día,
consciente o inconscientemente, decenas de miles de hombres y mujeres
sindicalistas. Y responden como siempre con la práctica, no exenta de
muchas contradicciones y callejones sin salida, también de notables éxitos, no
siempre reconocidos, ni tan siquiera por sus protagonistas.
Ninguna de estas preguntas tiene respuesta fácil ni única. Lo
que si sería deseable es que no respondiéramos a ellas con una cosa y su
contrario a la vez.
Para explicarme, nada mejor que algunos ejemplos de afirmaciones
muy repetidas por parte de trabajadores, sindicalistas, empresarios, sociedad y
opinión publicada.
Por parte de trabajadores cosas como “Los sindicatos solo se preocupan de sus afiliados,
por eso yo no me afilio” Para a continuación decir “Los sindicatos no me
resuelven el problema”
Por parte de sindicalistas cosas como: “No queda más remedio que aceptar la doble escala
salarial para trabajadores de nuevo ingreso, si no queremos que los
trabajadores actuales nos tumben el convenio o el Comité. Para a continuación
constatar el riesgo que esos jóvenes vean al sindicato como algo ajeno.
Por parte de las empresas afirmaciones como: “Los trabajadores y los sindicatos deberían
implicarse más en el futuro de la empresa”, para a continuación decir que la
participación de trabajadores y sindicatos en la organización de la empresa es
un estorbo. Que eso es facultad exclusiva del empresario
Por parte de la sociedad: “Yo, como trabajadora de sanidad o de
educación tengo derecho a hacer huelga”, para días después olvidarse que una
huelga en los transportes públicos ocasiona perjuicio a los usuarios. Por
supuesto el ejemplo puede ser perfectamente en dirección inversa.
Por parte de la opinión publicada: Los sindicatos deben
modernizarse y no atender solo al salario directo, sino ofrecer servicios, para
a continuación decir que los sindicatos no deben hacer estas funciones. O en
sentido contrario, que si deben realizarlas,exigiendoles además que la atención
a los inmigrantes, el asesoramiento jurídico o la formación que deben hacer los
sindicatos debe ser universal a todos los trabajadores/as y financiado solo con
los recursos de los afiliados.
Si he destacado estas contradicciones frecuentes, de las que
nadie estamos exentos, es para poner de manifiesto la complejidad del debate. Y
para intentar huir de respuestas fáciles a algunas preguntas clave.
Apunto algunas de mis reflexiones a lo largo de estos años. Sin
ninguna pretensión ni sistémica ni omnicomprensiva. Simplemente para intentar
que el debate pueda estructurarse
No hay comentarios:
Publicar un comentario