Después de
tres años, tres largos años, la Universidad de La Laguna dándonos la razón, se
aviene a reconocer la prescripción del expediente sancionador a dos compañeros
trabajadores de la biblioteca de la Facultad de Educación y obliga a uno de
ellos a aceptar un plazo de seis meses
(intentaron que fuera mayor) para devolverle el dinero de su salario que le
descontaron ilegalmente.
Sabíamos
y así lo manifestamos en su momento que la razón estaba de nuestra parte y
se avienen a reconocerlo para evitar, una vez más, entrar en el verdadero problema que se puso
de manifiesto durante los sucesos.
Nunca le
importó al Rector Doménech, ni a los
miembros de su equipo, saber por qué la
Institución a la que representaban, vulneraba la obligación de preservar la
salud de sus trabajadores. Nunca le interesó al Rector Doménech, ni a los
miembros de su equipo, saber los métodos que utilizaba el Inspector de la ULL,
ni investigar las irregularidades que cometía en la instrucción de los
expedientes vulnerando los derechos de los trabajadores. Nunca le importó al
Rector Doménech, ni a los miembros de su equipo, atender a las alegaciones
presentadas por los trabajadores en
relación al expediente que los sancionaba. Esto queda sobradamente probado con
la comprobación de que nunca ninguno de los distintos responsables a los que se
dirigieron los trabajadores reclamando su intervención, les dio respuesta
alguna.
Por ello
concluimos que, como se puede comprobar en el expediente informativo, la
Universidad de La Laguna incumplió de forma imprudente las
obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales. Que los distintos responsables
bibliotecarios actuaron de manera negligente al acometer las obras e
insolidaria ante la reclamación de los trabajadores afectados. Que los
responsables de la Prevención de Riesgos actuaron de manera negligente antes
y después de los hechos denunciados. Que el Servicio de Inspección cometió distintas
irregularidades durante el expediente y en sus conclusiones, actuando de manera
negligente y chapucera.
Tres largos
años para reconocer la Institución universitaria, no así el Rector Doménech ni
su equipo, que teníamos razón y que no podían hacer lo que hicieron y encima, ahora,
le solicitan al trabajador que espere hasta seis meses para recuperar su
dinero.
Queremos
aprovechar la ocasión para recordarles a los dirigentes de esta Institución que
los salarios y los gastos de asesoría jurídica de nuestro sindicato, se cubren
exclusivamente con las cuotas de nuestros afiliados, por el contrario, los gastos
de las asesorías que trabajan para la ULL no salen de sus bolsillos, salen de
los impuestos que todos pagamos y estos recursos tienen que ser utilizados con
la responsabilidad de quien ostenta la representación de toda la comunidad universitaria.
Me alegro por la buena noticia. Ahora sólo cabe enviarle al Sr. Domenech un correo para que salga de su bolsillo ese dinero y más por los sufrimientos ocasionados. Felicidades
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