Sosegadamente,
serenamente, pero sobre todo reflexivamente, voy a contestar a las
impertinencias, inexactitudes y salidas de tono de un dirigente sindical (sé
perfectamente que no puede hablar por boca de todos) al que cada vez que le
mueven la silla pierde los papeles de una forma impropia de una persona que ostenta
la representación de un amplísimo grupo de compañeras y compañeros. Me refiero,
aunque se esconda detrás de las siglas de un sindicato, al eterno presidente
del Comité de Empresa del PAS Laboral de la ULL.
Nunca he
cuestionado ni personalmente, ni en mi condición de representante, la legitimidad
de la representación que ostenta dentro de su sindicato, pero sí -y lo puede comprobar
cualquiera en su escrito- la poca credibilidad que manifiesta para poder
representar a todo un colectivo.
Siempre he procurado centrar mis críticas por sus actuaciones y sus actitudes
sin menospreciar, ni despreciar a las personas a las que representa.
Tiene, si
es que cuenta con el beneplácito de sus compañeros, todo el derecho del mundo a
intentar llegar a un acuerdo con Comisiones Obreras, o con quien quiera, para
seguir ocupando la presidencia del Comité; así lo han determinado los
resultados electorales. Digo esto, porque es lo primero que se trasluce de ese
comunicado en el que arremete en un intento de no dejar vivo más amigo que a Comisiones
Obreras, que ya fueron sus aliados silenciosos
en la gestión del Comité de Empresa que terminó su mandato y al cual hemos
criticado honesta y limpiamente. No me molestaré, por tanto, en analizar la
primera parte de su comunicado, a pesar de no compartir tampoco su contenido,
pero me parece indecente que nos acuse a mis compañer@s y a mí mismo de tener
afán de protagonismo. Indecente sobre todo viniendo de una persona que lleva en
el cargo de presidente cerca de 30 años y que cuando alguien le pone en
cuestión lo que debe considerar como su “puesto de trabajo” arremete contra
todo y contra “casi” todos como un animal acorralado. Siempre hemos marcado las
diferencias entre las compañeras y compañeros que están afiliad@s en Intersindical
y las actitudes manifiestamente dictatoriales y sectarias que mantiene como
dirigente eterno.
Sabe
perfectamente, y ahora se lo contamos a tod@s, que la primera vez que nos
presentamos a las elecciones en 2007, lo hicimos como Alternativa Sindical, siendo
casi todos los que conformamos esa lista afiliad@s a Intersindical. Una vez
celebradas esas elecciones fuimos expulsados mediante un expediente
disciplinario ilegal, en el que nunca fuimos escuchados y que no denunciamos ante
la justicia porque en nuestro ánimo nunca estuvo hacerle daño a Intersindical
porque, aunque es obvio, debo recordarle que Intersindical no es él. Nuestra
intención era demostrarles a todos, que existían profundas diferencias dentro
del sindicato y sobre todo profundas diferencias en la formas de hacer las
cosas. En aquella ocasión nos tildó de anti-sindicalistas, y como ha quedado
patente que eso no era así tras nuestra afiliación al FSOC, ahora solo se le
ocurre acusarnos de cambiarnos de nombre. Debemos recordar, para aquellos que
lo desconozcan, que los orígenes de lo que hoy es Intersindical en la ULL fue
el Sindicato Obrero Canario, origen también del FSOC. Bajo esas siglas nos presentamos en 2011 y
ahora nuestra organización en Tenerife (que va mucho más allá de la ULL) ha cambiado su nombre.
Jamás me
he permitido el atrevimiento –como hace él- de decirle a un delegado sindical de
otra organización que dimita. Eso deben hacerlo los afiliados a esa
organización. Es verdad que la solicité cuando era afiliado a Intersindical, y
por supuesto tenía perfecto derecho. Pero además, pretende en un alarde de
endiosamiento, atrevimiento y pérdida de papeles, hablar en nombre de todo el personal, para menospreciar la representación que se nos otorga a otros.
Represento, de la forma más honesta que puedo, en primer lugar a mis compañer@s
de sindicato que han depositado en mí esa responsabilidad, y además, y por
añadidura a tod@s los compañeros y compañeras que han querido compartir con
nosotros la forma de hacer sindicalismo que proponemos. Poco o nada importa, si
son muchos o pocos y menos debería serlo para una persona que aspira a
representar a todos los trabajadores y
trabajadoras en la presidencia del Comité. Como persona y como representante
les diré que nadie, absolutamente nadie, ni tan siquiera él, tiene derecho a mostrarles
ese desprecio.
En el
colmo de su atrevimiento, habiendo sido eterno cabeza de lista, se permite el
mal gusto y poco acierto de criticar a l@s cabezas de lista de otras
candidaturas, con la única excusa de dejar patente su apuesta de pactar con
Comisiones y el terror que le da que se pudiera repetir un pacto de minorías, repitiendo,
sin el más mínimo pudor, las mentiras que ya dijo en 2011.
Estoy
convencido –no tengo ningún motivo para dudarlo- que las personas afiliadas en
Alternativa SOC, asisten libremente a las urnas y votan la opción en la que confían, comparten y en la
que participan, decidiendo qué cosas decimos y cómo las decimos. Jamás se me ocurriría
controlarlas, amenazarlas y mucho menos decirles, como gesto de magnanimidad,
lo que para l@s de Alternativa SOC es evidente y que debería serlo para todo el
mundo: los sindicatos sin afiliad@s no son nada…, los sindicatos
son agrupaciones de personas que libremente (al menos ese es nuestro caso) eligen
una opción y la comparten. Por eso, porque estamos convencidos de ello, tenemos
abierta nuestra organización a todos los trabajadores y trabajadoras que se sientan
amenazad@s o intimidad@s por sus “representantes”.
Los
representantes somos tan solo eso, representantes; y frases como las que él
emplea de
“estamos dispuestos a hablar….
ponen en evidencia los malos hábitos que siempre le han caracterizado. Los representantes,
lo recuerdo una vez más, estamos obligados
a hablar, a escuchar y también a
guardar la debida compostura cuando hablamos por boca de otros, aunque esos otros
parezcan pocos como, al parecer, es nuestro caso.
Será la
historia y no el “eterno dirigente” quien diga si estamos o no llamados a
desaparecer, pero tengo la esperanza, y más diría el convencimiento, de que lo
que sí está llamado a desaparecer son actitudes tan manifiestamente
anti-sindicales y egocéntricas como la suya. De lo contrario lo que puede estar
llamado a desaparecer es el Sindicalismo.
Termino
recalcando, aunque parece claro, que ésta es una respuesta a título personal y que
no debo hacerla como representante de nadie, porque en mi responsabilidad está no
implicar a ninguno de mis compañeros en una respuesta que no sé si los demás
comparten, aunque sospecho que muchos si lo harían.
Jesús V.
Rodríguez Junco, cabeza de lista de Alternativa SOC.
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