...Los idiotas directos se ven desde lejos. Los antivacunas
–que cita Salas- son capaces de poner en riesgo la vida de sus hijos, de
perderlos en esa apuesta. Y de ponernos
en peligro a todos. Tras la homeopatía, avanza ahora la curación mental del
cáncer que divulgan algunos pregoneros de la irracionalidad. Y lo asombroso es que encuentran sitio en
auditorios públicos, en Universidades, para impartir su palabrería. Acabamos de
asistir a la sentencia judicial que exculpa a un curandero de la muerte de un
chico con cáncer que, por su consejo, abandonó la quimioterapia. Al final, fue
consciente de la brutal equivocación. Su padre se está empeñando en alertar del
peligro a otros.
Con idéntica actitud, millones de personas ponen en riesgo
su estabilidad, su futuro, sus vidas también, por sus decisiones personales.
Los expertos consultados por Salas, los que lo analizan en otras publicaciones,
coinciden en que un gran número de personas están dispuestas a creer lo que
quieren creer y guiados tan solo por sus emociones. Lo que en sociología se
llama “percepción selectiva”. Unas orejeras que borran lo que no les
interesa. Nada les hace cambiar de
opinión, a no ser la persuasión –con múltiples cautelas para que no se
replieguen recelosos- de alguien que se haya ganado su confianza.
Emocionalmente. Estamos en estas manos....
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