Primero le colaron al nuevo Comité de Empresa los cierres institucionales a través de una maniobra “tradicionalmente” utilizada por la ULL más propia de profesionales del timo que de gestores universitarios a los que se les supone la responsabilidad de acometer una negociación honesta.
Después incumplen con malas mañas, y de manera
intencionada, con las obligaciones negociadas y reguladas entre ambas partes,
la institucional y la representación sindical.
Luego se desmarcan intentando negociar de forma parcial
aspectos de lo que, sin duda alguna, es un único documento (circular de
vacaciones) integrado y regulado en nuestro convenio colectivo y propio del
personal laboral.
En conclusión, un auténtico disparate sin consistencia argumental, sin el más mínimo respeto a los ámbitos competenciales, sin el menor resquicio de consideración a los acuerdos y la normativa reguladora derivada de esos acuerdos, y por supuesto a todas las personas que conformamos este colectivo.
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